Jaime
Luis Brito
Asamblea comunitaria para elegir ayudante municipal en San Pablo, en Tlaltizapán /Foto: Internet |
Este
fin de semana se llevó a cabo la elección de ayudantes municipales en 22 de los
33 ayuntamientos de Morelos, según un comunicado del Instituto Morelense de
Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), organismo técnico
facultado para la organización de los procesos. De acuerdo con la información,
hubo algunas comunidades que decidieron suspender la elección, pero esa
descripción es tersa, pues en comunidades como Amilcingo, la tensión obligó a
posponerla, pues el Impepac se prestó a los intereses de la alcaldesa de Temoac
e ignoró la tradición de la asamblea comunitaria e impuso una urna. Misma que
al final no funcionó.
En
todo caso, lo más preocupante de este proceso electoral, es que los ayudantes
municipales son autoridades auxiliares de los ayuntamientos, para lograr una
mejor organización y comunicación con las personas. Su ser “auxiliar” implica
justamente que implica gestión y organización comunitaria. Son sólo los
poblados y comunidades con tradición las que eligen ayudante. Y siempre han
tenido enorme arraigo en muchas de ellas.
El
nivel de organización e involucramiento varía. Por ejemplo, en Ocotepec, al
ayudante le acompañan los comandantes de la ronda comunitaria, una especie de
policía tradicional que se ha visto involucrada en diversas polémicas. Mientras
tanto, en Amilcingo, se acostumbraba que fueran ayudantes por un año y luego un
relevo, con el objetivo de asemejarlos como los viejos topiles de las comunidades
prehispánicas.
En
fin, la intención del ayudante es que tenga arraigo, que sea un vecino,
comprometido. O una vecina, lo que viene ocurriendo con mayor frecuencia en los
últimos años, por fortuna. Sin embargo, en las últimas dos elecciones, un fenómeno
peligroso viene arremetiendo contra la posibilidad de la organización
comunitaria. Se trata del involucramiento de los partidos políticos en estos
proceso, lo que en el mejor de los casos trae división y pulverización del
tejido social.
Si
bien, históricamente, el PRI tuvo siempre una fuerte presencia en muchas de las
elecciones de ayudantes municipales, esto siempre fue subterráneo, sutil.
Aunque evidentemente no fue igual en todos lados. No obstante, con los
gobiernos panistas y ahora con los perredistas, tenemos procesos de renovación
de ayudantes municipales contaminados con las prácticas y vicios de los
partidos políticos.
Así,
el domingo tuvimos el grotesco espectáculo de las despensas, el acarreo e,
incluso, de la compra del voto. Es decir, de lo peor de nuestro sistema
partidista, no del democrático, porque ese es un mero ensayo. Es lo peor de los
partidos políticos, la construcción de clientelas y feligresías, no la
construcción de ciudadanos capaces de criticar y cuestionar a los líderes, si
no de seguidores incapaces de hacer un juicio.
Tenemos
a los operadores y familiares de los líderes de los partidos políticos en
competencia, con el fin de imponer sus intereses y de prepararse para la
siguiente elección constitucional, porque lo que quieren es que los ayudantes
sean capaces de promover el voto y de “movilizar” a las comunidades para
“apoyar” a candidatos y partidos específicos.
Olvídese
de las necesidades de las comunidades, de sus demandas. Lo importante es tener
en los ayudantes no a gestores comunitarios, si no a promotores del voto con
cargo al erario. Es realmente desafortunado y todo ello con la complacencia del
Impepac, un organismo que nació muerto y tuvo en la pasada elección de 2015 su
momento más insulso. Los consejeros y consejeras demostraron que siempre es
posible superarse en el plano de la ineptitud.
Engranes:
Mención aparte merece lo ocurrido en Coatetelco, en Miacatlán, donde policías
del Mando Único volvieron a demostrar cuan estúpidos pueden ser los seres
humanos. En este caso por aliento de sus jefes. Una patrulla golpea con
brutalidad a una persona en estado de ebriedad. El pueblo reacciona, en el
contexto de la elección de ayudante. En respuesta, el gobierno no manda
negociadores, manda una turba de granaderos que llegan disparando al aire. El
saldo, un hombre muerto por atropellamiento y muchos heridos. ¡Aplausos!... Y
hoy se cumplen 22 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio…
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