miércoles, 23 de marzo de 2016

Los partidos pervierten a los ayudantes

Jaime Luis Brito

Asamblea comunitaria para elegir ayudante municipal en
San Pablo, en Tlaltizapán /Foto: Internet
Este fin de semana se llevó a cabo la elección de ayudantes municipales en 22 de los 33 ayuntamientos de Morelos, según un comunicado del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), organismo técnico facultado para la organización de los procesos. De acuerdo con la información, hubo algunas comunidades que decidieron suspender la elección, pero esa descripción es tersa, pues en comunidades como Amilcingo, la tensión obligó a posponerla, pues el Impepac se prestó a los intereses de la alcaldesa de Temoac e ignoró la tradición de la asamblea comunitaria e impuso una urna. Misma que al final no funcionó.
En todo caso, lo más preocupante de este proceso electoral, es que los ayudantes municipales son autoridades auxiliares de los ayuntamientos, para lograr una mejor organización y comunicación con las personas. Su ser “auxiliar” implica justamente que implica gestión y organización comunitaria. Son sólo los poblados y comunidades con tradición las que eligen ayudante. Y siempre han tenido enorme arraigo en muchas de ellas.
El nivel de organización e involucramiento varía. Por ejemplo, en Ocotepec, al ayudante le acompañan los comandantes de la ronda comunitaria, una especie de policía tradicional que se ha visto involucrada en diversas polémicas. Mientras tanto, en Amilcingo, se acostumbraba que fueran ayudantes por un año y luego un relevo, con el objetivo de asemejarlos como los viejos topiles de las comunidades prehispánicas.
En fin, la intención del ayudante es que tenga arraigo, que sea un vecino, comprometido. O una vecina, lo que viene ocurriendo con mayor frecuencia en los últimos años, por fortuna. Sin embargo, en las últimas dos elecciones, un fenómeno peligroso viene arremetiendo contra la posibilidad de la organización comunitaria. Se trata del involucramiento de los partidos políticos en estos proceso, lo que en el mejor de los casos trae división y pulverización del tejido social.
Si bien, históricamente, el PRI tuvo siempre una fuerte presencia en muchas de las elecciones de ayudantes municipales, esto siempre fue subterráneo, sutil. Aunque evidentemente no fue igual en todos lados. No obstante, con los gobiernos panistas y ahora con los perredistas, tenemos procesos de renovación de ayudantes municipales contaminados con las prácticas y vicios de los partidos políticos.
Así, el domingo tuvimos el grotesco espectáculo de las despensas, el acarreo e, incluso, de la compra del voto. Es decir, de lo peor de nuestro sistema partidista, no del democrático, porque ese es un mero ensayo. Es lo peor de los partidos políticos, la construcción de clientelas y feligresías, no la construcción de ciudadanos capaces de criticar y cuestionar a los líderes, si no de seguidores incapaces de hacer un juicio.
Tenemos a los operadores y familiares de los líderes de los partidos políticos en competencia, con el fin de imponer sus intereses y de prepararse para la siguiente elección constitucional, porque lo que quieren es que los ayudantes sean capaces de promover el voto y de “movilizar” a las comunidades para “apoyar” a candidatos y partidos específicos.
Olvídese de las necesidades de las comunidades, de sus demandas. Lo importante es tener en los ayudantes no a gestores comunitarios, si no a promotores del voto con cargo al erario. Es realmente desafortunado y todo ello con la complacencia del Impepac, un organismo que nació muerto y tuvo en la pasada elección de 2015 su momento más insulso. Los consejeros y consejeras demostraron que siempre es posible superarse en el plano de la ineptitud.

Engranes: Mención aparte merece lo ocurrido en Coatetelco, en Miacatlán, donde policías del Mando Único volvieron a demostrar cuan estúpidos pueden ser los seres humanos. En este caso por aliento de sus jefes. Una patrulla golpea con brutalidad a una persona en estado de ebriedad. El pueblo reacciona, en el contexto de la elección de ayudante. En respuesta, el gobierno no manda negociadores, manda una turba de granaderos que llegan disparando al aire. El saldo, un hombre muerto por atropellamiento y muchos heridos. ¡Aplausos!... Y hoy se cumplen 22 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio…
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