miércoles, 1 de agosto de 2018

Graco apuesta al caos

La situación en Morelos es totalmente caótica. Todo parece indicar que Graco Ramírez y su pandilla soltaron a sus perros, y por acción u omisión apuestan por la desestabilización total en todos los aspectos. Frente a la derrota que le propinó la ciudadanía en las urnas, el tabasqueño ha tenido una nueva dosis de realidad. Ha topado de nueva cuenta con pared y esta vez sabe que se encuentra en un callejón sin salida.
Algunos aseguran que intenta a toda costa negociar su posible llegada a la dirigencia nacional del PRD, como una forma de mantener cierto blindaje político. Ha presumido desde los primeros minutos acercamientos con Andrés Manuel López Obrador, para tratar de dar cierta calma a sus cómplices. Pero es claro que ni la llamada de Olga Sánchez Cordero, próxima secretaria de Gobernación, misma que presumió en redes sociales el 2 de julio pasado, ni la imagen en la que aparece con AMLO en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) el 12 de julio, tuvieron el efecto tranquilizante que esperaba.
Graco Ramírez fue uno de los acérrimos opositores a la campaña de López Obrador y el ahora virtual presidente, sabe que si quiere dejar claro que su prioridad es el combate a la corrupción, no sólo es importante bajar los salarios del gabinete, de la burocracia e impulsarla en el Congreso de la Unión y el Poder Judicial, también es fundamental que algunos de los íconos de la corrupción sean detenidos, procesados y castigados por ello.
Graco es un objetivo prioritario en este sentido. Los mandatarios estatales, con sus honrosas excepciones, han sido los principales perpetradores del saqueo en los estados. Así que el que todavía ocupa Casa Morelos está servido en bandeja de plata. Hace un año, cuando inició la Marcha por Morelos, Javier Sicilia lo dijo claramente: “Graco es el Duarte de Morelos”.
Y sí, los paralelismos son únicos: una grupo que se ha enriquecido de manera insultante mientras el estado se sume en la pobreza y la parálisis económica; el incremento de la inseguridad en la que ha el gobierno ha sido cómplice por acción, como en las fosas clandestinas de Tetelcingo y Jojutla, o por omisión, como en el incremento grosero de los homicidios, las extorsiones y los feminicidios.
Por eso, Graco ha regresado a su plan de tratar de conseguir impunidad y protección desde el centro, con un cargo político. La dirigencia del PRD nacional es el último recurso. En tanto, hace todo por dejar las peores condiciones para la llegada del nuevo gobierno encabezado por Cuauhtémoc Blanco, quien a su vez ha dicho una y otra vez que meterá a la cárcel al tabasqueño.
En esa trama, como siempre, la ciudadanía queda en medio. Por eso es fundamental el papel que ha estado tomando en las últimas semanas. El movimiento de los pueblos en el oriente es importantísimo y no puede juzgársele a la ligera. La organización de autodefensas puede sentar un precedente importante para la construcción de una verdadera seguridad ciudadana.
En tanto, las protestas de otros pueblos contra el monopolio del transporte y sus decisiones arbitrarias de aumentar el costo del pasaje, también podrían ser el caldo de cultivo de una nueva forma de relacionarse entre prestadores de servicios y usuarios. Pero ello se logrará si esos movimientos maduran y alcanzan una fase de organización tal que produzcan servicios alternativos comunitarios.
Pero falta que otros sectores se pronuncien, porque literalmente “nos están matando”, como dicen las mujeres para repudiar el feminicidio. El asesinato del líder campesino Romualdo Ixpango demuestra que hay grupos políticos que están dispuestos a todo con tal de no perder privilegios, ello con la complicidad del gobierno del estado que no hace absolutamente nada.
Hay que poner manos a la obra. El miedo está bien, pero no el terror paralizante. Si dejamos, como ciudadanía, que las cosas sigan como van, no vamos a tener un estado en el cual vivir. Es la hora.
Twitter: @Patrio74
www.facebook.com/JaimeLuisBrito

1 comentario:

Unknown dijo...

La unión hace la fuerza, los diversos grupos sociales han sido agredidos, los universitarios, los colegios de profesionistas, los prestadores de servicios, los intelectuales, el clero, las mujeres, todos ellos han sido agredidos, asesinados, violentados sus derechos. Es momento de unirse en un solo frente y aplicar es estado de derecho, encarcelar a los corruptos, empezando por Graco y su grupo de secuaces. En las pasadas elecciones del 2015 durante la visita de AMLO, este reconoció que Graco era un corrupto y desvergonzado, marco su distancia. Esperemos que los morelenses se unan y pidan justicia, que el asesinato de Ixpango sea la gota que derramó el vaso... Ni una muerte más.