Jaime Luis Brito
La tragedia en Jojutla / Foto: Margarito Pérez Retana/Proceso |
Las miles de familias damnificadas por el sismo del pasado 19 de
septiembre han sido abandonadas totalmente por las autoridades locales y
federales, mientras que los millones de pesos destinados a la famosa
“reconstrucción”, se están utilizando pero de manera discrecional y opaca, lo
que en tiempos electorales significa que se usarán, o ya se están usando, para
apuntalar candidaturas.
Este martes, vecinos de la zona más afectada de Jojutla
denunciaron que los apoyos no están llegando, que en el mejor de los casos
llegan “rasurados”, pero en la mayoría de los casos las cuentas bancarias están
“congeladas”, mientras que las familias han pasado ya cinco meses y están por cumplir
seis viviendo a la intemperie, o de menos, dentro de una casa de campaña, donde
han tenido que afrontar las bajas temperaturas, que han sido atípicas este año
en la zona sur de Morelos; ahora también las altas temperaturas de las últimas
cuatro semanas.
Pero también, este martes, en la Ciudad de México, especialistas
del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), dieron a conocer que
mientras las comunidades afectadas por el sismo no han podido reparar su
espacio vital, por otra parte no existen mecanismos que permitan revisar y
transparentar el uso de los recursos públicos que han sido destinados a las
decenas de programas para la reconstrucción.
Este misma semana, por otra parte, se dio a conocer como existe
también un estancamiento en la restauración del patrimonio cultural e
histórico, que como usted sabe, fue afectado seriamente por los sismos de
septiembre pasado. Esto podría convertirse en un problema social serio, pues,
de acuerdo el reportaje de Judith Amador de la revista Proceso, “La restauración
del patrimonio cultural dañado por los sismos de septiembre de 2017 no sólo
está enfrentando la maraña burocrática que ha impedido el flujo expedito de los
recursos económicos. También el inminente inicio de las campañas electorales
amenaza con enturbiar el proceso”. Todo ello provocaría “la indignación de las
comunidades crece por no saber cuándo comenzará el rescate de sus bienes”.
¿Qué está pasando? Esto es lo que pienso. Por una parte, es que la
sociedad mexicana, llevada de la mano de la mayoría de los medios de
comunicación, ha entrado en esa fase de polarización (aún más) respecto de las
próximas elecciones. Observamos el proceso electoral como si fuera un partido
de futbol y mientras ocurre, nos dedicamos a descalificar al que va con otro
candidato y a tratar de apuntalar con aplausos al nuestro. Con ello, todos los
otros temas sólo son relevantes si tienen algo que ver con los candidatos y sus
disputas.
En tanto que los medios de comunicación se llenan de espots
falaces que no aportan nada y que se repiten como sonsonetes; mientras los
noticiarios nos presentan el escándalo de cada día, siempre dando mayor cancha
a los intereses que más pagan. En medio de todo ello, están las encuestas que
parecen los momios de las apuestas deportivas, vaciando de todo sentido lo que
realmente está en juego: el futuro del país.
Así que la tragedia del sismo, la que nos movió a hacer algo en
septiembre pasado, ha quedado desplazada a un segundo o tercer lugar, no
importa.
En ese marco, detrás del telón del montaje gubernamental, en el
país y en el estado, ambos temas se tocan: la tragedia abrió la puerta al uso
de nuevos recursos públicos, aplicados por los propios agentes gubernamentales,
ligados a partidos políticos; mientras que la elección ya está aquí. Así que
efectivamente, de forma burda y prosaica, el gobierno de Graco Ramírez y el de
Enrique Peña Nieto, están utilizando los recursos públicos destinados a la
reconstrucción a beneficiar a sus candidatos.
Sólo un botón de muestra. Ayer, luego de la denuncia de las
personas afectadas en Jojutla por el sismo, los aparatos de comunicación del
gobierno de Morelos “se deslindaron” de los fraudes con los apoyos; mientras el
propio delegado de la Sedatu, de la cuestionada Sedatu de Rosario Robles,
aseguró que si no han llegado los apoyos es porque Graco Ramírez no ha
entregado los recursos que le corresponden al estado. Esto es un robo en
despoblado.
Engranes: Finalmente, hoy los diputados locales, estos que echaron para
atrás la Ley de Participación Ciudadana, de la Legislatura que más ha hecho
daño a la sociedad morelense por todas las reformas que ha aprobado, estrena su
nueva sede legislativa, para la que se pidieron prestados 500 millones de
pesos, que vamos a pagar usted y yo, y para la que finalmente se utilizaron mil
millones de pesos. ¿De qué nos sirve?...
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