Plantón,
base social y vacuos gobiernos
Jaime Luis Brito
Este
martes se cumplen seis días del Plantón de la Dignidad, que sobrevino a la
Marcha del mismo nombre que realizaron universitarios el jueves pasado desde
ciudad universitaria en Chamilpa al zócalo de la capital del estado, con la
intención de exigir por ese hecho el cumplimiento de una serie de compromisos
pendientes desde la campaña electoral de Graco, pero además, por una serie de
trabas que ha puesto el propio gobierno para culminar obras inacabadas, otras
que nunca comenzaron, en fin. Además, por cierto, el gobierno de Graco apenas
entregó el viernes, un día después de la marcha de la Dignidad, los recursos
correspondientes al subsidio federal del mes de enero, a pesar de que el
recurso tenía ya semanas en la cuenta bancaria. De hecho, los recursos para
terminar la torre de laboratorios y varios edificios más, tienen varios años de
haber sido entregados al gobierno.
Esta
actuación de la gestión de Graco Ramírez se repite no sólo con la Universidad
Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), también lo ha hecho con varios
municipios. Hay algunos, como Axochiapan, según me cuentan algunas fuentes del
Congreso de la Unión, hicieron una gestión para recursos y los obtuvieron en el
presupuesto de 2015. Sin embargo, a pesar de que es claro que los recursos los
tiene el gobierno del estado, nunca fueron entregados para las obras que
estaban destinados. De hecho, ya ha concluido el tiempo para su ejecución y el
gobierno sigue sin entregarlos. Lo último que supimos es que se entregarían los
recursos siempre y cuando, la obra se le asignara a una de esas empresas
poblanas que tan familiarmente se trata en la Casa Morelos.
Total
que la actuación del virrey de Villa Hermosa, procónsul de Enrique Peña Nieto
en Morelos, tiene un modus operandi que responde al negocio y al capricho. En
todo caso, en el caso de la UAEM, el gobernador ha tenido que apechugar y hoy
veremos a sus funcionarios representantes en el zócalo de Cuernavaca, porque la
protesta universitaria creció más de lo que tenían calculado los sesudos
asesores que tuvieron que tragarse la altanería y prepotencia de las primeras
horas.
La
diferencia entre la UAEM y el gobierno es muy clara. La primera tiene una
enorme base social que la respalda; mientras que el segundo, es una especie de
cascarón vacío.
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